Cuenta la leyenda que hay una concha gigante de vieira en la catedral que si es arrancada se llevaría consigo el monumento entero. Cuentos como este han marcado la historia de Santiago de Compostela. En la celebración de nuestro 40º aniversario, hemos querido rememorar el pasado de la ciudad con un libro titulado “40 anos do Camiño”. En él se combina un trabajo historiográfico que analiza la liturgia, leyendas y evolución del Camino, con un ejercicio de memoria común. Los y las alumnas han recordado la evolución de la radio, el cine, los comercios y episodios anecdóticos que acompañan con imágenes propias. Cada pasaje, además, cuenta con vídeos incrustados en forma de código QR.
La presentación coincidió con el acto de inauguración del curso 2019/2020, y a él acudió el Padre Romero, el Presidente Ángel Fagilde y la directora general de las aulas Paula Sande. Pero, sobre todo, acudieron nuestros y nuestras alumnas, quienes pudieron disfrutar del testimonio de María Victoria Tizón, coordinadora del libro. Además, se anunciaron los nuevos proyectos para este año como los grupos de ciencia (ecología y medio ambiente), ayuda mutua (con la Escola de Traballo Social), teatro y portugués. “Y estamos impulsando un espacio intergeneracional permanente, los lunes a partir de las seis de la tarde, de conciliación y encuentro entre diferentes generaciones”, explicó Paula Sande.
Todo este trabajo ha llamado la atención de medios de comunicación como La Voz de Galicia, Hoy por Hoy Santiago de Compostela o El Correo Gallego.
“40 anos do Camiño” está repleto de historias que todavía permanecen en la memoria de los compostelanos. En este libro algunas de ellas aparecen narradas por los alumnos y alumnas de las Aulas Sénior.
El destape llega a Santiago por sorpresa
Santiago fue siempre una ciudad muy cinéfila, incluso con la censura del franquismo. Es bien sabido que durante este periodo las cintas cinematográficas debían pasar un estricto control moral. Pero en una ocasión, este comité cometió un error que se convertiría en historia: en el año 1971 fue proyectada en el cine Yago la película “Las Melancólicas” (Moreno Alba). Cuál sería la sorpresa de los espectadores cuando las escenas comenzaron a mostrar mujeres desnudas o con poca ropa en actitudes provocativas. Durante cinco días las colas se hacían interminables en la billetería del cine. Se dice, incluso, que llegaba gente desde A Coruña. ¿La explicación? De las películas se hacían dos versiones, una para exhibición nacional y otra, con destape, para el exterior. Aquí se envió por error la cinta que debía llegar a Santiago de Chile.
Error de tipografía
Hay un cruceiro en Santiago que esconde una historia curiosa, pues inspiró, incluso, a Rosalía de Castro en su obra “Follas Novas”.
Una noche de abril de 1718, un estudiante de Artes, Manuel Joseph Ramírez de Arellano, caminaba de madrugada por un descampado. Este joven de familia adinerada caminaba nervioso cuando vio acercarse entre la niebla a tres hombres. “Ramírez, daos por muerto”, gritó una voz. A lo que
respondió aferrándose a su daga con un: “Santo Apóstol, dadme fuerzas en este tránsito”. Los gritos despertaron a los perros que comenzaron a ladrar y ladrar mientras una daga se clavaba en el pecho del estudiante, que caía de rodillas sobre el suelo. Fue enterrado por orden de su madre en la capilla de Santa Teresa de la iglesia de Salomé bajo la inscripción:
“Aquí
finó D. Manuel Joseph
Ramírez Arella
no rueguen
a Dios por él.
Año 1719”
La inscripción está en el estrecho fuste del cruceiro, por lo que el segundo apellido del difunto aparece como “Arella-no”. Como consecuencia, se extendió la idea de que se trataba de un hombre maldito y que, por ello, se estipulaba que nadie rogara por él. Aunque no fuera así.
Episodios que marcaron en mayor o menor medida la ciudad compostelana y que ahora pueden recordarse en este libro.