(Víctor Sariego, 5/5/2019).- Más zonas verdes y públicas de ocio; incrementar los centros de salud y dotarlos de unidades geriatricas y gerontológicas; oportunidades para seguir formándose en la vejez (especialmente en nuevas tecnologías); diferentes alternativas de vivienda; ciudades más accesibles para las personas de cualquier edad; y urbes más igualitarias en cuestión de género y edad.
Estas son algunas de las conclusiones surgidas en el I Encuentro Intergeneracional Compostela Igualitaria organizado esta semana en Santiago por las Aulas Senior de Galicia (Ategal) en colaboración con alumnado de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
Un evento que se celebró para conmemorar el ‘Día Europeo de la Solidaridad entre Generaciones’ del pasado 29 de abril y cuyo objetivo era conocer si las personas mayores y jóvenes tienen las mismas inquietudes y, sobre todo, necesidades en su vida diaria en la ciudad para “continuar afianzando su programa intergeneracional como herramienta imprescindible para lograr una sociedad para las personas de todo tipo y condición y para todas las edades”. También para destacar si existe desigualdad de género específica entre las mujeres mayores.
Así, durante la mañana la entidad celebró un debate interactivo, dirigido por el alumnado de la USC en el que participaron mayores y jóvenes, para descubrir las diferentes visiones y necesidades que tienen las personas de edad, a tenor de su experiencia cotidiana en la ciudad. La misión del grupo universitario era lograr un intercambio de ideas, localizar posibles necesidades y problemas para la gente mayor en las urbes y aportar soluciones, tanto intergeneracionales como intergénero, desde el punto de vista de las mujeres mayores.
Como explica Gemma Barjacoba, estudiante de 2º de Física de la USC, “queríamos saber si las personas mayores de Ategal, principalmente las mujeres, perciben su ciudad, en este caso, Santiago de Compostela, como una urbe igualitaria. Y si mayores y jóvenes coinciden en sus demandas o no respecto a su municipio”. Para ello, explica, “aplicamos un cuestionario Kahoot, con varias preguntas y respuestas a elegir, que valoraban con diferente puntuación cromática según sus impresiones personales. Les consultamos sobre mobiliario urbano, seguridad personal, centros de salud, guarderías, transporte, zonas verdes… no en negativo, sino para encontrar formas de mejorar su experiencia ciudadana y, sobre todo, por saber si las necesidades de jóvenes y mayores tienen algún punto en común”.
Y los resultados que obtuvieron, “fueron una gran sorpresa”, subraya Barcajoba: “mayores y jóvenes coincidimos en la mayoría de las cosas que demandamos a una ciudad”. Principalmente, más zonas verdes y de ocio; centros de salud y unidades geriatricas y gerontológicas; seguir formándose en la vejez, especialmente en nuevas tecnologías; alternativas de vivienda; accesibilidad a cualquier edad; y urbes más igualitarias en cuestión de género y edad. Pero sobre todo, añade, “nos sorprendió muy gratamente que, en el debate posterior a la consulta, todas las mujeres mayores nos consultaron sobre género y edad. Como mujeres mayores tienen muchas de las inquietudes y preocupaciones de las más jóvenes”.
Mayores protagonistas
Así lo confirma María José Arce, una de las alumnas de Ategal que participó en el encuentro que, además valora muy positivamente que, “para tratar temas que nos atañen a las personas mayores, cuenten con nosotras”. “Esto no es habitual”, asegura, “por lo que lo agradecemos mucho”. También destaca que la experiencia ha servido para superar prejuicios, ideas equivocadas e incluso edadismos respecto a la vida de las personas mayores, sobre todo, de las mujeres de edad. Pues comenta que “mucha gente jóven piensa que, en nuestra juventud, no hacíamos gran cosa, o no podíamos salir, divertirnos, que no teníamos ocio o nos era muy limitado. Y no era así. Quizás tenía diferencias o limitaciones de hora de llegar a casa”, dice sonriendo, “pero hacíamos muchas cosas”. Y lo más importante, concluye, “en contra de lo que aún se suele pensar en algunos ámbitos, seguimos haciéndolas ahora, de mayores. Estudiamos, salimos a divertirnos, vamos a museos, excursiones, fiestas…”
Barjacoba apunta otro “descubrimiento” surgido en la charla intergeneracional: “antes las mujeres vivían más la ciudad, en cierta manera, porque el hombre solía ser el que trabajaba y lo hacía fuera de su municipio o sin participar en él. La mujer estaba más relegada a su entorno a diario, aunque solo fuera por tener que hacer la compra y gestiones domésticas. Por eso, los hombres no tenían tantas necesidades en cuanto a sus ciudades. Esto ha cambiado, afortunadamente. Ahora, tanto hombres como mujeres tienen las mismas necesidades en su calidad de ciudadanos y ciudadanas. Y sea cual sea su edad”.
Por la tarde, la jornada ‘Compostela Igualitaria’ continuó con un ensayo colectivo de la Coral de Ategal entre mayores y niños y niñas de infantil y primaria para la preparación de varias piezas para la actuación de fin de curso, en mayo, de las aulas de Ategal. En concreto, peques y mayores van a interpretar el tema de Magín Blanco, “Este planeta es divertido” de su disco “Camiños”.
Beneficios de las relaciones intergeneracionales
La directora de Ategal Santiago y vicepresidenta de la entidad, Paula Sande, recuerda, tal como avala Eurostat o la propia OMS, los beneficios de los programas intergeneracionales son múltiples, tanto para las personas mayores como para la juventud: “positividad, mejor humor, incremento de la autonomía, la autoestima o la motivación en el colectivo senior entre el que se reduce, si existe, la depresión, el aislamiento y la soledad no deseada”.
A nivel cognitivo, añade, “aumentan la atención y la memoria y se potencian las capacidades sociales, la empatía” y por otro lado, indica, “se promueve la integración en la vida social y comunitaria y las oportunidades de continuar aprendiendo y formándose a cualquier edad”.
Beneficios que, como matiza Sande, “también se extienden a la juventud” que, con las relaciones intergeneracionales “puede formarse una idea más positiva de las personas mayores y de la vejez, valorando y respetando además a las personas mayores, reconociendo y evitando edadismos y prejuicios negativos relacionados con la vejez, potenciando su desarrollo cognitivo, lenguaje y comunicación”.